Es interesante ver como se suceden los artículos negando las virtudes de las plantas medicinales. La gran mayoría mantienen algo en común, la incoherencia.
Tengo frente a mi el "testimonio" de un Doctor que menciona ser consultado sobre el uso de "productos naturales para el tratamiento de una próstata agrandada" responde que la medicina moderna ha usado y sigue utilizando productos derivados de las plantas, pero en el ejemplo anterior menciona el uso de la palma enana (Serenoa repens) con muy magros resultados y menciona maravillosos productos sintéticos "que hoy día nos mantienen saludables" sin decir cuáles son para el caso de la hiperplasia benigna de próstata, ni su costo.
Este es un tema que conozco muy bien, hace casi 30 años (treinta años) que se me diagnosticó (con el dedo y con ecografía) que tenía un agrandamiento de mi próstata. Hasta el día de hoy mantengo el mismo grado de hiperplasia y solamente he utilizado plantas medicinales para su control. Al comienzo me recetaron comprimidos de Prunus (Pygeum) africanum, funcionaba bien pero es caro, continué con epilobio (Epilobium parviflorum), también eficaz pero con ligeros efectos indeseables y finalmente (desde hace unos 15 años) he continuado controlando mi hiperplasia benigna de próstata con MALVA (Malva officinalis), si estimados lectores y estimado Doctor, con una planta llamada malva, cuyo extracto acuoso (léase infusión) de hojas y flores, es uno de los antiinflamatorios más potentes, con un elevado contenido en mucílagos, tanto para uso externo (p.ej. hemorroides o inflamación vaginal postparto) como para uso interno.
El mismo Doctor alega que quienes usan la medicina alternativa "se basan en principios, métodos, tratamientos o conocimientos no probados, no tradicionales, y no científicos. La medicina alternativa se basa frecuentemente en creencias metafísicas y es frecuentemente anti-científica". Además afirma que la propaganda para utilizarla bombardea a los pobres seres inocentes que son manipulados para que prefieran esta medicina a la heroica y sacrificada medicina alopática, basada en el uso de medicamentos sintéticos (todos excelentes y sin efectos secundarios) producidos por una industria patrótica y desinteresada. La propaganda de productos de belleza parece estar fuera de la discusión, a pesar de estar relacionada con la misma industria.
Al parecer las ganancias de quienes lucran con la medicina alternativa son fantásticas, seguramente comparadas con los magros beneficios de las empresas multinacionales que dominan la industria farmacéutica.
Otro argumento esgrimido con igual ligereza es que no hay evidencias científicas de los beneficios de la medicina natural, que solamente hay cuentos que se trasladan de una generación a la otra. Parece que se ignora a miles de científicos que a diario trabajan y publican sus hallazgos en revistas de primer nivel y esto solamente mencionando los trabajos sobre plantas medicinales. Ni hablar de el uso cada vez más frecuente de sustancias derivadas de las plantas para actuar en sinergia con medicamentos sintéticos o para ser modificadas químicamente y ser utilizadas en diferentes afecciones (una especie de híbrido entre natural y artificial). Tampoco parece reconocerse la cada vez más frecuente recomendación de el consumo de nutracéuticos (alimentos curativos), con una comprobada acción benéfica.
Se argumenta que la medicina alternativa subsiste por el miedo que genera la utilización de medicamentos sintéticos y la utilización de técnicas como la cirugía. Pues bien, creo que lo que si genera miedo es el uso inadecuado de ambas terapias y además el costo que representan.
Por supuesto que la medicina alopática ha contribuído y contribuye de manera muy importante al mantenimiento de la salud y el bienestar de los seres humanos. Eso no otorga el derecho a ignorar o degradar el uso de otras alternativas. En el caso de las plantas medicinales tengo la suficiente experiencia como para afirmar que, en mi organismo y en el de allegados, los extractos utilizados para curar o aliviar diversos trastornos de salud funcionan, actúan, son eficaces. Por supuesto que se puede argumentar que los efectos indeseables pueden aparecer después o que si hubiera utilizado medicamentos sintéticos ahora estaría mejor, etc., etc.
Como lo he venido argumentando, las plantas no deben ser ignoradas, hay que investigar mucho todavía, hay que reglamentar estrictamente su uso, deben ser indicadas y monitoreadas por profesionales, su cultivo debe ser científico al igual que todo el proceso posterior y varias condionantes más, pero no se puede ignorar que son eficaces y que su costo es inmensamente inferior al de los medicamentos sintéticos y que en muchos casos pueden evitar o postergar la utilización de técnicas invasivas de costo elevado.
El uso racional de todas las posibilidades que se nos ofrecen es, creo, lo más inteligente. Utilizo extractos de plantas con poder antioxidante para enlentecer el envejecimiento y lo estoy logrando, utilizo una loción para evitar la caída del cabello (en base a extractos de plantas) y lo estoy logrando. Utilizo estatinas para controlar los niveles de colesterol en sangre y lo estoy logrando. Utilizo lansoprazol para controlar la acidez de mi contenido estomacal y lo estoy logrando. Utilizo infusiones de varias plantas para controlar mis niveles de estrés y lo estoy logrando. En definitiva utilizo plantas en los casos en que compruebo (además de las múltiples comprobaciones científicas y folclóricas) que funcionan y me permiten prescindir de los medicamentos sintéticos.
Ah!! y un pedido a el Doctor, no ponga en la misma bolsa la medicina alternativa científica con el charlatanerismo y la brujería, por favor. Si argumenta en contra, hágalo en forma clara y no con disparos en la oscuridad. Hay que saber actuar como un profesional.