Existe una tendencia a sobreestimar la capacidad reguladora de nuestro organismo. Algo así como su inteligencia o su mecanismo de vigilancia. Por ejemplo, recientes comentarios sobre los peligros de consumir frutas con una cantidad importante de antioxidantes, las llamadas "superfrutas".
Este grupo, denominado así por quienes las procesan y comercializan y no por quienes deberían decidir si lo son o no, contienen, por lo menos en trabajos de laboratorio, una serie de sustancias con poder antioxidante.
El organismo sano puede consumir cantidades muy importantes de esas y otras frutas, con una "concentración" elevada de antioxidantes, sin que ello le acarree problema alguno. El exceso de antioxidantes se elimina,sea sin absorber o sea como deshecho metabólico. El equilibrio metabólico se mantiene.
Otro tema que se asocia al consumo de las superfrutas y que no tiene que ver con su propiedad antioxidante, aunque se mezcla "periodísticamente" con éste, es el de ocasionar efectos secundarios, ya sea alergias o pérdida de dinero (así de científicas son las críticas). También se menciona los aditivos que pueden vehiculizar!!!!!
La presencia en las superfrutas de otros componentes, no antioxidantes, también parecen generar problemas, el almidón, el azúcar, etc. Además parece que las cantidades de sustancias que las componen son muy elevadas cuando no se quiere que se las consuma o son muy bajas cuando se quiere descartarlas como beneficiosas.
Como solución se comenta que habría que informarse y no creer en esas superfrutas, sino que habría que consumir frutas y verduras "locales", baratas, que tienen las mismas propiedades. El comentario sensato y claro debería ser, incorpore a su dieta una buena cantidad de frutas y verduras sin procesar, en lo posible de huertas orgánicas, adquiridas en los mercados locales autorizados.
El consumo de frutas y verduras congeladas es otro capítulo que debe considerarse muy seriamente, al que dedicaré una entrada posterior.
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