Después de almorzar y disfrutando de un "té de marcela", una infusión de flores de Achyrocline satureoides, una planta regional con propiedades digestivas y antiespasmódicas, entre muchas otras propiedades, además de tener un muy buen sabor, estoy pensando en lo importante para la salud de este simple acto.
Tengo almacenada una buena cantidad de flores secas de esta planta, cosechada en pleno campo uruguayo, bastante alejado de contaminantes de varios tipos ocasionados por la actividad humana. Por ello la infusión la preparo a partir de las flores secas, aunque también hay disponible varias marcas de "saquitos" de té ya listos para agregar al agua caliente en la taza.
Prefiero el pequeño ritual que, entre otras cosas, me hace dejar de lado las preocupaciones diarias y todo aquello que "aún me queda por hacer". Esos minutos "perdidos" o ganados, que culminan con la humeante taza en la mano caminando hacia un cómodo sillón, ya son parte de un muy interesante tratamiento para que el proceso digestivo se realice en forma adecuada.
El beber algo caliente, en forma deliberadamente lenta, ayuda a la digestión más allá de las propiedades de la planta en si y el hecho de beber líquido también aporta lo suyo. Agreguemos a todo esto la posibilidad de pensar en forma calmada, sobre cualquier problema que se haya presentado o alguno que habrá que enfrentar y después de hacerlo me cuentan si no están logrando beneficios.
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