La respuesta es Sí, pero bien, es imprescindible tener muy en cuenta una serie de consideraciones, entre ellas porqué se decide usarlas, quién controla su uso o quién las recomienda, cuál es el origen de las plantas y como se han procesado, cómo se preparan los extractos y qué dosificación es la correcta ?
Todas preguntas, a cual más importante.
Los productos naturales en base a plantas medicinales son eficaces como curativos, paliativos o de apoyo a tratamientos convencionales, en una importante lista de problemas de salud de personas y animales. No sustituyen a los medicamentos alopáticos, tradicionales o sintéticos y deben ser monitoriados por profesionales.
Como todo medicamento tienen sus alcances y sus limitaciones. En el caso de las plantas que poseen una importante cantidad de principios activos, los efectos secundarios pueden ser o no beneficiosos, hay que conocerlos. La estandarización de los principios activos es muy compleja ya que varían de una época a la otra y de una planta a la otra.
Es diferente la situación de una medicina sintética, con una concentración conocida de una o más drogas, de la que se conocen o se debiera conocer sus propiedades positivas y adversas.
La correcta identificación de la o las especies que se van a utilizar. Existen plantas parecidas que, o bien no tienen efecto alguno o pueden ser tóxicas. El momento de recolección, el método de secado y almacenamiento, la fecha de procesado.
Las indicaciones de uso o los métodos de extracción, infusiones, decocciones, tinturas, etc. que pueden hacer variar sustancialmente el comportamiento del extracto. Las dosis a administrar, otro gran tema, ya que muchas de las propiedades de las plantas han sido descubiertas hace muchos años y por civilizaciones prácticamente desaparecidas, que trasmitían el conocimiento (o no) de persona a persona.
Cuántos temas para desarrollar !
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