Durante las últimas décadas, la inflamación crónica ha sido reconocida como un importante factor de riesgo para varias enfermedades del ser humano. La inflamación aguda en cambio, es una ayuda para que las defensas del huésped logren restablecer el equilibrio saludable.
Las respuestas inflamatorias crónicas predisponen a una progresión patológica de enfermedades caracterizadas por la infiltración de células inflamatorias, la producción excesiva de citoquinas, una desregulación de la señalización celular y la pérdida de la función de barrera de la membrana celular. Desórdenes neurológicos, tumores, complicaciones de diabetes, enfermedades
cardiovasculares, enfermedades de huesos y músculos, desórdenes metabólicos, son algunos de los muchos ejemplos.
Centrarse en la reducción de la inflamación crónica es una estrategia beneficiosa para luchar contra varias enfermedades crónicas.
Una de las posibilidades es a través de la alimentación. El aumentar la ingesta de alimentos con sustancias antiinflamatorias ha venido llamando la atención, desde que se han logrado resultados beneficiosos. Tal el caso de los alimentos ricos en flavonoides.
Los flavonoides están ampliamente presentes en alimentos tales como frutas, bayas, vegetales, nueces, granos enteros y alimentos de origen marino y se ha demostrado que exhiben un amplio espectro de actividades biológicas sobre la salud humana, incluyendo importantes propiedades anti-inflamatorias, que logran mitigar procesos proinflamatorios, asociados con enfermedades crónicas..
Numerosos estudios han propuesto que los flavonoides actúan a través de una variedad de mecanismos para prevenir y atenuar las respuestas inflamatorias y servir como posibles agentes quimiopreventivos, cardioprotectores y neuroprotectores.
Algunos apuntes más, para un desarrollo posterior. Otro punto importante es evitar altibajos pronunciados en el consumo de azúcares,ya que esto puede disparar procesos inflamatorios en el organismo. El consumo de alimentos con elevado contenido en fibra logra estabilizar los niveles de glucosa en sangre.
Los antioxidantes por su parte presentan efectos beneficiosos ante los daños de la inflamación crónica. Algunos actúan directamente como anti-inflamatorios y otros reducen el daño producido por los procesos inflamatorios.
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