La inflamación es una reacción de los tejidos en respuesta a una agresión por diferentes agentes externos. Representa un mecanismo de defensa, por el que la zona afectada es de alguna manera aislada, tratando de frenar el avance del agente agresor y de reparar los daños por él ocasionados.
La importancia de la reacción inflamatoria en la salud está dada porque en casi dos tercios de la totalidad de las enfermedades intervienen mecanismos propios de la respuesta inflamatoria y porque los tratamientos antiinflamatorios apuntan a interrumpir algunas de las muy complejas reacciones que se producen. Es por ello que la descripción siguiente trata de familiarizar al lector con el nombre de los factores que intervienen, para que se comprenda en que momento intervienen los productos medicinales antiinflamatorios.
Para su descripción sencilla se pueden separar:
.- los agentes nocivos, que provocan reacciones en cadena por parte de los tejidos,
.- los agentes primarios, "humorales" (que se encuentran en los líquidos de los tejidos y en la sangre) y "celulares" (células sanguíneas y de paredes de tejidos), que son los primeros en reaccionar proliferando en la zona afectada,
.- los agentes reguladores o mediadores que se encargan de incrementar la reacción inflamatoria, en respuesta a las señales emitidas por receptores o sensores específicos y
.- los efectores que producen cambios en los tejidos y permiten la liberación de sustancias activas que complementan la reacción inflamatoria.
Los diferentes agentes agresores actúan sobre las células y disparan la cascada inflamatoria en distintos y múltiples puntos. La mayoría de estos agentes son, agentes infecciosos, agentes químicos, agentes físicos, reacciones de hipersensibilidad, tejidos necrosados.
En la reacción inflamatoria intervienen numerosos sistemas enzimáticos (aceleradores de reacciones químicas), con cometidos diversos y que son aportados por el plasma sanguíneo, por las paredes de los vasos sanguíneos y por el tejido conectivo (capa por debajo de la piel, que la separa de músculos y huesos).
Se produce activación de los sistemas celulares: células inflamatorias (neutrófilos, eosinófilos, mononucleares, macrófagos, mastocitos y plaquetas) y células endoteliales. Estas células migran hacia la zona inflamada y allí cumplen funciones específicas de protección.
A ella lo siguen los sistemas humorales de amplificación de la respuesta inflamatoria son el sistema del complemento, el sistema de la coagulación/fibrinólisis y el sistema kalicreína-quinina. Las células inflamatorias liberan sustancias (citoquinas proximales de la inflamación: el factor de necrosis tumoral (TNF) y la interleukina-1), que interactúan con los sistemas humorales y celulares para producir y liberar otras sustancias (citoquinas, proteasas, metabolitos del ácido araquidónico, óxido nítrico, quinasas, radicales tóxicos de O2, el factor activador plaquetario, promotores del crecimiento de fibroblastos y de los vasos sanguíneos). Aumentan el factor hístico (FH) y las moléculas de adherencia de las células inflamatorias al endotelio, la agregación leucoplaquetaria y la liberación de tóxicos por los agregados, la deposición de fibrina.
Los vasos sanguíneos tienen una activa participación y modifican la permeabilidad de sus paredes, con lo que hay trasvasación de plasma al medio, de extrema importancia para el traslado de las células protectoras hacia la zona inflamada. El endotelio vascular (capa interna) elabora sustancias antitrombóticas y anticoagulantes, produce sustancias estructurales, modula el flujo sanguíneo y la reactividad de los vasos, regula la inflamación y la inmunidad y regula el crecimiento de los tejidos afectados y otras varias funciones.
Los agentes reguladores o mediadores son de dos tipos, los ya existentes (histamina, enzimas proteolíticas, factores quimiotácticos, heparina) y los que se sintetizan al comenzar el proceso inflamatorio (prostaglandinas, factor de agregación plaquetaria, activadores quimiotácticos de células sanguíneas).
Los agentes efectores son los encargados de completar la acción inflamatoria, mediante una neutralización de los agentes agresores por parte de las células generadas por el sistema inmunitario, estos anticuerpos se fijan a las partículas agresoras y a los tejidos necrosados, para posibilitar su eliminación por el llamado sistema de complemento.
Como dije antes, la medicación antiinflamatoria tiende a atenuar o detener parte del proceso. Lo más aconsejable es atenuar algunos efectos del proceso inflamatorio, más que nada el dolor y una inflamación exagerada y no tratar de interferir en todas las fases, ya que se trata de una reacción orgánica de defensa.
En las siguientes entradas trataré de fundamentar la acción de algunas de las plantas medicinales más eficaces en el control de la inflamación.
Several epidemiologic studies have shown that chronic inflammation predisposes individuals to various types of cancer. Many cancers arise from sites of infection, chronic irritation, and inflammation. Conversely, an oncogenic change induces an inflammatory microenvironment that promotes the development of tumors. Natural bioactive compounds in dietary plant products including fruits, vegetables, grains, legumes, tea, and wine are claimed to help prevent cancer, degenerative diseases, and chronic and acute inflammation. Modern methods in cell and molecular biology allow us to understand the interactions of different natural bioactive compounds with basic mechanisms of inflammatory response. The molecular pathways of this cancer-related inflammation are now unraveled. Natural bioactive compounds exert anti-inflammatory activity by modulating pro-inflammatory gene expressions have shown promising chemopreventive activity. This review summarizes current knowledge on natural bioactive compounds that act through the signaling pathways and modulate inflammatory gene expressions, thus providing evidence for these substances in cancer chemopreventive action.
Several epidemiologic studies have shown that chronic inflammation predisposes individuals to various types of cancer. Many cancers arise from sites of infection, chronic irritation, and inflammation. Conversely, an oncogenic change induces an inflammatory microenvironment that promotes the development of tumors. Natural bioactive compounds in dietary plant products including fruits, vegetables, grains, legumes, tea, and wine are claimed to help prevent cancer, degenerative diseases, and chronic and acute inflammation. Modern methods in cell and molecular biology allow us to understand the interactions of different natural bioactive compounds with basic mechanisms of inflammatory response. The molecular pathways of this cancer-related inflammation are now unraveled. Natural bioactive compounds exert anti-inflammatory activity by modulating pro-inflammatory gene expressions have shown promising chemopreventive activity. This review summarizes current knowledge on natural bioactive compounds that act through the signaling pathways and modulate inflammatory gene expressions, thus providing evidence for these substances in cancer chemopreventive action.
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